Intersicop piensa en femenino y premia el papel de la mujer en panadería
En su próxima edición, Intersicop, que tendrá lugar del 19 al 22 de febrero en Feria Madrid, volverá a poner el foco en el talento femenino y celebrará un Foro de Mujeres Panaderas. El encuentro, organizado en colaboración con Pan de Calidad y Panorama Panadero, reunirá el lunes 21 de febrero a grandes profesionales que compartirán impresiones, conocimientos y experiencias. Mujeres destacadas en el sector como Anna Bellsolà (Forn Baluard, Barcelona), Antía Fernández (Panadería Pallares, Lugo), Asunción Coyo (Panadería Farré de l’Aigua, Noales, Huesca), María Franco (La Tahona de Sahagún, Sahagún, León) y Nuria Escarpa (3 letras PAN, Madrid), entre otras muchas, que debatirán sobre el emprendimiento, el mundo rural y las nuevas tecnologías.
Dentro del Foro se premiará, además, el trabajo de dos profesionales: reconocimiento senior a Beatriz Echeverría, de El Horno de Babette (Madrid), y reconocimiento junior a Raquel Van Beek López, de la Panadería Beekery (Denia, Alicante).
Echeverría, licenciada en Periodismo e Historia y doctora en Historia, es copropietaria de El Horno de Babette, socia-fundadora del colectivo LA PEPA y redactora jefa de la revista Pan. En el 2008 dio un giro a su vida profesional y, tras diez años haciendo pan en casa, abrió La cocina de Babette como escuela de panadería para aficionados. En 2013, inauguró El horno de Babette, que en poco tiempo se convirtió en una panadería referente en Madrid. Además, ha puesto en marcha el podcast Contigo Pan y Cebolla y acaba de publicar el libro Los Elementos del pan, donde enseña a hacer pan casero con un sistema sencillo e innovador de forma intuitiva.
Por su parte, Van Beek es una joven promesa de la panadería artesana. Después de convertirse en la campeona en categoría Junior de la Copa de Europa de Panadería Louis Lessaffre y participar en diferentes competiciones de máximo nivel en el mundo de la repostería y la panadería, pasó a formar parte de Los Espigas. Su gran sueño ha sido montar su propio molino y abrir la panadería Beekery con un concepto slow, que basa su éxito en la apuesta por la recuperación de trigos antiguos.