Ruta del Buen Pan 2014 Barcelona y premio Mejor Panadero a Eduard Crespo
El lunes 4 de mayo, la Plataforma Panàtics entregó los diplomas a las 28 panaderías de Barcelona incluidas en su Ruta del Buen Pan de Barcelona 2014 y el Premio "La Llesca d'Or" al Panadero de 2014 de la ciudad.
Durante el acto, presentado por la actriz Maria Molins, se dieron a conocer más detalles sobre esta Ruta del buen Pan, una nueva iniciativa que se ha realizado por primera vez en 2014. Para hacer la selección, reconocidos profesionales visitaron 200 panaderías de e hicieron catas a ciegas para valorar tanto la corteza, miga, olor, color, alveolado, sabor, gusto, textura, peso y aspecto exterior del pan, como la imagen de la tienda y la atención al público.
Las panaderías ganadoras son: Emili Feliu (Forn Sant Josep), Salvador del Cerro (Forn Sant Tirs), Conrad Serra (Forn Pa Serra), Eduard Crespo (Fleca Balmes), Jaume Bertran (Forn Mistral), Anna Elias (Forn Elias), Anna Boix (Forn Boix), Anna Bellsolà (Forn Baluard), Gemma Fortino (Forn Fortino), Josep Ma Roura (Forn Roura), Juli Àlvarez (Forn La Llibreria), Francesc Casamitjana (Forn Montserrat), Pere Casamitjana (Forn d’en Pere), Josep Baltà (Forn Baltà), Xavier Puiggròs (Forn Puiggròs), José Bou (Forn Bou), Antonio Costa (Forn La Rambla 31), Josep A. Ribas (Forn Cruixent), Salvador Vendrell (Forn Ideal), Daniel Jordà (Forn Panes Creativos), Xevi Ramon (Forn Triticum), Adolfo Rubio (Forn L’Eixample), Xavier Corcellas (Forn Providència), Josep Ginebra (Forn Ginebra), José Antonio Blanco (Forn Sardenya), Jordi Vilamala (Forn Vilamala), Tonatiuh Cortés (Forn Cloud Street Bakery) y Xavier Barriga (Forn Turris).
Seguidamente se entregó "La LLesca d’Or" al panadero 2014 a Eduard Crespo i Almela de Fleca Balmes, una centenaria panadería barcelonesa que mantiene su buen hacer ya en manos de la cuarta generación, Georgina y Begoña Crespo.
El evento se desarrolló en un ambiente festivo y de alegría, donde estuvo presente el regidor de Comercio, Consumo y Mercados, Raimond Blasi, quien expuso la necesidad de institucionalizar este acto para reconocer al buen comercio artesano de la ciudad condal, en un momento en que la proliferación de puntos de venta de pan es enorme.