El consumo mundial del chocolate crece y se diversifica
En 2030 las tabletas de chocolate serán más pequeñas, más dulces y más saludables, según la auditora de mercados internacional KPMG, que ha presentado recientemente un informe con el título “The Chocolate of tomorrow” (El chocolate del mañana). Pero ésta no es más que una de sus muchas conclusiones, el escenario mundial que vamos a atravesar en los próximos cinco años, por ejemplo, es el de un crecimiento mundial del consumo que rondará el 2% anual. Más en detalle se aprecia un estancamiento o ligera contracción del consumo en los mercados más desarrollados (Europa Occidental y Estados Unidos) y un significativo crecimiento en mercados emergentes como Europa del Este, Asia y América Latina, con China y Rusia como países destacados.
Pero no todo es color de rosa en estas perspectivas de crecimiento continuo para los próximos años, al contrario, se abren muchos interrogantes y desafíos que el informe se encarga de señalar. Por un lado el aumento continuado de la demanda, combinado con cierta volatibilidad en el índice de precios del cacao en origen, obliga a los fabricantes a realizar un esfuerzo añadido por desarrollar productos con menos cacao o incluso con sucedáneos. Por el contrario, un consumidor cada vez más exigente con la calidad y la salud llevará a la norma el chocolate desprovisto de cuantos más aditivos mejor.
Además, la proliferación de nuevos perfiles de consumidor con exigencias particulares será la nota común tanto en los países desarrollados con una amplia cultura de consumo como en los mercados emergentes. Con todo, las oportunidades de crecimiento son muy numerosas y atractivas. John Morris, responsable de los estudios de mercado de KPMG, cita, como ejemplo, el aumento considerable en los últimos años de la demanda del chocolate en el segmento regalo en China, o los nichos sin cubrir que todavía existen en el chocolate durante la Pascua en muchos países occidentales.
Pero si hay alguna estimación que John Morris subraya para los próximos años es la posibilidad de que el cliente pueda personalizar al máximo su adquisición de chocolates, desde la gama de rellenos de una determinada colección, hasta el packaging, pasando por diferentes opciones de “toppings”.
Pero si hay alguna estimación que John Morris subraya para los próximos años es la posibilidad de que el cliente pueda personalizar al máximo su adquisición de chocolates, desde la gama de rellenos de una determinada colección, hasta el packaging, pasando por diferentes opciones de “toppings”.