Un estudio corrobora que las nueces y frutos secos ayudan a reducir la obesidad
Según un estudio elaborado por un equipo de dietistas de varios centros de España, tanto las nueces como otros frutos secos ayudan a mantener el peso e incluso podrían contribuir a disminuirlo en personas con obesidad o diabetes tipo 2 (la diabetes del adulto). Con esta afirmación se acaba con la idea generalizada de que los frutos secos engordan.
Así, la teoría de que el consumo de grasas saludables, como las de los frutos secos o el aceite de oliva virgen, puede acarrear un aumento de peso, queda en entredicho. Por el contrario, y según el estudio, su incorporación a la dieta produce un efecto saciante, con lo que se consigue una reducción en el consumo de grasas animales y azúcares refinados, presentes en productos como la bollería, carnes rojas o bebidas azucaradas.
Los participantes con problemas de obesidad que siguieron la dieta rica en frutos secos (30 gramos al día, con 15 gramos de nueces y 15 gramos entre almendras y avellanas) experimentaron en conjunto una pequeña pérdida de peso, mientras que aquellos sin obesidad no modificaron su peso. Lo mismo ocurrió en los participantes que padecían una diabetes tipo 2. También se observó, aunque en menor medida, una pequeña pérdida de peso en los participantes que consumían dietas ricas en aceite de oliva.
Este trabajo forma parte de los resultados del estudio piloto del estudio PREDIMED sobre prevención de enfermedades cardiovasculares con dieta mediterránea. En concreto, se efectuó durante tres meses a 722 personas de alto riesgo cardiovascular, la mayoría de los cuales tenía sobrepeso, obesidad franca o diabetes tipo 2. Los resultados fueron presentados durante el VI Congreso Internacional de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea.