¿Y si no está todo inventado?
¿Y si no está todo inventado? ¿Y si resulta que aún hay tiempo para el asombro individual y colectivo? ¿Y si aquello que damos por manido resulta que, en realidad, dependiendo de la mirada, no está tan visto? En DPAS 492 (ver sumario) realizamos un esfuerzo constante por acercaros toda clase de novedades que asaltan el sector. Algunos dirán que no son tales, que esas “novedades” se han visto en el pasado una y mil veces, pero es precisamente con el enfoque adecuado que descubrimos un potencial por explotar, un camino por recorrer con muchas posibilidades, y conviene tenerlo bien en cuenta.
Es el caso del salón de degustación, nada nuevo en el mundo de la pastelería, pero que cobra un nuevo significado de la mano de experiencias como las de Glea en Murcia o La Postrería en México. ¿Alguien podía pensar que el brazo de gitano de toda la vida podía volver al candelero de la actualidad? Pues las chicas de La Casa Blanca en Castelldefels lo han convertido en su producto enseña con un estilo marcadamente japonés y un surtido colorista y goloso.
Productos clásicos que se reinventan como por ejemplo en manos de los hermanos al frente de A Maquia en Culleredo, pasteleros que salen del obrador, montan un show y cobran entradas y reciben aplausos al final de la velada, como la emotiva experiencia de Cal Jan en Torredembarra. Pasteles de viaje que emergen como souvenir de una localidad, guirlaches refinados… Incluso el bombón, hoy en día en peligro de extinción en muchos obradores de pastelería, podría reaparecer con más fuerza si atendemos al efecto que puede causar un nuevo concurso. ¿Nuevo? ¡Sí, nuevo!