La pasta de té se 'gourmetiza'
Como ya hemos comentado en ocasiones precedentes, los hábitos de consumo han cambiado, las familias se han reducido y, respecto a la gastronomía, la calidad le ha ganado la batalla a la cantidad. En este contexto, y centrándonos en el surtido pastelero, se abre camino un producto histórico de la pastelería tradicional como la pasta de té o pasta seca, pero con múltiples variaciones, evoluciones y actualizaciones. El concurso que desde Dulcypas organizamos en torno a esta elaboración y que ya ha completado cuatro ediciones, nos ha servido para comprobar las muchas virtudes que ofrece esta especialidad para convertirse en la reina de la vitrina.
Hay variados argumentos que sustentan la afirmación anterior. Se trata de piezas de pequeño formato, que han ido ganando en atractivo visual y gustativo, acercándose a lo que en restauración se denomina “petit fours”, es decir, pequeños bocados de horno. Por tanto, ya no hablamos únicamente de ese surtido clásico de venta a granel y escasa vistosidad, ni de simples galletas, sino de una renovada y moderna pastelería en miniatura. A diferencia de la repostería, aquí el punto de partida es un elemento seco y crujiente como una galleta tipo sablé o similar, pero que incorpora rellenos de variada naturaleza (caramelos, confituras, pralinés, gelatinas, ganaches, crujientes...). La única condición, que además realza su valor, es que se conserve en perfectas condiciones a temperatura ambiente durante unos días, de manera que es un producto que puede viajar sin problemas. Y si nos centramos en el formato y la presentación, las posibilidades también son numerosas, solo limitadas o condicionadas por su envasado para la venta, algo que también se ha actualizado y que ahora sirve para revalorizar el producto y favorecer esa nada despreciable venta de impulso.
En definitiva, de la vieja pasta de té estándar pasamos a una creación que conservando su esencia incorpora nuevos atractivos, con un sentido más gastronómico, un formato más personal y creativo, y presentado y comercializado en un elegante packaging. La pasta se gourmetiza. Un camino que en nuestra opinión merece la pena transitar.