50 casas catalanas donde disfrutar de un buen pastel

El pasado sábado 25 por la noche se entregaron los premios Fava de Cacau a las mejores pastelerías de Catalunya. El lugar escogido para la gala no era ni Barcelona ni ningún otro enclave emblemático de la geografía catalana. Igual que las pastelerías a menudo están en segundo plano respecto al interés social y mediático que despiertan, también la localidad, en este caso Sant Vicenç dels Horts, no se puede calificar de atractivo cultural de primer orden. Ambas unidas sin embargo, ciudad y pastelerías, sí que lograron algo especial. Lograron reunir a lo más granado de las pastelerías catalanas -no faltó prácticamente nadie de las enseñas más conocidas de Barcelona- y acompañarlo de un buen número de establecimientos  repartidos por todo el territorio catalán que hacen una magnífica labor. Pastelerías desde Cadaqués -con premio especial a Dulce Singular a los Taps de Can Cabrisas- hasta Amposta han merecido el distintivo de metacrilato con la haba de cacao impresa.

Un jurado coordinado por el chef pastelero Marc Balaguer y por el periodista gastronómico Josep Socarrats se ha encargado de recorrer Catalunya de Norte a Sur, de entrar en cada pastelería que encontraban, degustar, evaluar y emitir un informe. Bajo la supervisión también de Ramon Morató en cuanto a los criterios a valorar, el comité coordinador seleccionó lo que a su juicio son las 50 mejores enseñas pasteleras catalanas.

Entre éstas encontramos a nombres de prestigio ubicados en Barcelona, caso de Escribá, L’Atelier, Canal, Oriol Balaguer, Ochiai o Hofmann, por citar algunos, pero los premios sirven para reivindicar aquella buena pastelería que se elabora en otros puntos tan diversos como Tàrrega, Amposta, Torredembarra, Girona, Manresa y muchas otras localidades.

Detrás de semejante iniciativa está un Ayuntamiento, el de Sant Vicenç, que ha visto en la pastelería la oportunidad para ofrecer a sus vecinos algo diferente y singular dentro de la Muestra que, a modo de fiesta mayor de invierno, organiza cada año la localidad. Una oportunidad en la que no se han metido alegremente, sino que ha contado con el impulso, la pasión, buen hacer y perseverancia del pastelero de la ciudad, Eugeni Muñoz. Él es el alma máter de la Mostra Internacional de Pastisseria que reúne a un cartel de grandes estrellas del sector durante dos días, en forma de clases magistrales con degustación para el amplio público.

Y en esta tercera edición, al programa de talleres se han añadido la primera edición de estos premios. La gala de entrega, como prueba de fuego, ha pasado con nota alta, si tenemos en cuenta las más de 150 personas, entre pasteleros, familiares y amigos que han asistido. De los 50 premiados, 46 pastelerías estaban presentes en Sant Vicenç, y subieron al estrado orgullosas a recoger su distintivo. Un éxito total que así se valoró por parte de Eugeni Muñoz, el alcalde de la ciudad y el resto de organizadores, y que demuestra la oportunidad y, por qué no, la necesidad de unos reconocimientos de estas características.

La guinda del pastel, valga la redundancia, la pusieron los cinco premios especiales, habas de cacao de oro, que se entregaron a la pastelería Hofmann -Innovación-, Can Tuyarro de Santa Coloma de Farners -Tradición-, Maurici Cot de Llinars -Atención a alérgenos-, L’Atelier de Barcelona -bienvenida- y Can Cabrisas de Cadaqués -Dulce Singular.

Hará falta ahora ver la continuidad de los mismos así como el impacto que genera tanto en la cultura general del consumidor medio catalán, cuanto en el tejido de la propia pastelería catalana. Para ayudar a su difusión, los distintivos van acompañados de una App para consultar las pastelerías, sus productos destacados y su ubicación.

Es importante, para empezar, destacar la acogida cálida que ha tenido entre las pastelerías premiadas. Les toca a Marc Balaguer, Josep Socarrats y Ramon Morató conducir estos premios hacia una lista exclusiva de excelencia, donde quizá el número de 50 establecimientos se nos antoja excesivo, o convertir los premios en una oportunidad para dar a conocer a buenos obradores repartidos por toda la geografía catalana, ampliando el repertorio año tras año para alcanzar más rincones en los que merezca la pena detenerse a disfrutar de su oferta.

Como suele ocurrir en esta clase de selecciones con un reconocimiento, lo importante no es tanto acusar de ausencias al listado, cuanto no albergar dudas respecto a la calidad de los elegidos. Algo que de momento parece estar claro en esta primera edición.

Listado de las pastelerías galardonadas: