Diferenciarse o morir
“Convencer al consumidor de que somos algo distinto”. Ese es uno de los principales objetivos que se ha marcado Miguel Moreno como presidente de la Confederación Española de Empresarios Artesanos de Pastelería (CEEAP). O lo que es lo mismo, educar a nuestros clientes y a los que todavía no lo son sobre la verdadera actividad que se desarrolla en un obrador y que finalmente se ofrece en un establecimiento de pastelería artesana.
En esta ardua tarea lo primero que hay que preguntarse es si lo que se elabora hoy en un obrador cualquiera es suficientemente bueno y artesano como para presentarlo en sociedad y ensalzar las supuestas virtudes. Difícilmente podremos convencer a nadie si en nuestras vitrinas exponemos productos que en poco o nada superan a los del supermercado. No ayuda que el cliente lea en el rótulo la palabra Bombonería y que después vea en nuestros estantes esas cajas coloradas de esa multinacional suiza. Por tanto, el primer paso es garantizar que nuestro producto es bueno, fresco, artesano y con personalidad.
Una vez tengamos ese producto claramente superior, toca transmitir que efectivamente no es lo mismo, que las materias primas empleadas, el proceso de elaboración, el sabor y su estética tienen poco que ver con las características de la oferta industrial. Y para ello hay que pasar por los medios de comunicación generalistas, periódicos, radios, televisiones, a menudo bastante desinformados (triste paradoja) y muy entregados al tópico, a la generalización y a la superficialidad. Solo es noticia el roscón de reyes si en su interior lleva un cheque por valor de varios cientos de euros.
Finalmente, pedagogía, mucha pedagogía con la clientela. Explicar a quien nos viene a comprar que no todos los chocolates son iguales, que una buena crema natural es insuperable, que preparamos diferentes tipos de bizcochos en función de su uso, que seguimos utilizando almendras, azúcar, huevos y harina como siempre, aunque hayamos reducido ligeramente el dulzor y el contenido en grasa para que todo sea más saludable…
Ante los notables progresos de la pastelería industrial, ahora más que nunca es necesario diferenciarse, y hacerlo a través de las únicas armas de que dispone el pastelero artesano, su capacidad para hacer un producto único.
Editorial de Dulcypas #446 [ consulta el sumario ]