Nunca es tarde, pero ya era hora
¡Ya era hora! Habrán exclamado algunos. Otros, quizá no terminen de creérselo. Y la mayoría, suponemos, coincidirán en calificar esta noticia como positiva. La elección de Miguel Moreno como nuevo presidente de la Confederación Española de Empresarios Artesanos de Pastelería (CEEAP) era necesaria. Y no solo por la persona del nuevo mandatario, al que aprovechamos para desearle toda la suerte, sino sobre todo por la renovación en sí del cargo, en manos de Salvador Santos Campano desde tiempos inmemoriales.
No vamos a juzgar ahora la gestión del anterior presidente. Tres décadas dan para mucho, incluso para acertar y desde luego para equivocarse. Pero sin ser muy incisivos, sí que podríamos hablar de cierta parálisis en las actividades de la Confederación durante los últimos años, debido probablemente a esa mencionada falta de renovación.
Barcelona, Asturias, Valencia, Madrid, Alicante… la casi totalidad de los principales gremios pasteleros ya habían cambiado sus cuadros de mando en los últimos años, con resultados objetivamente positivos. Con este relevo al frente del máximo organismo se abre una nueva etapa cargada de retos y proyectos.
La pastelería como oficio y como actividad está ganando prestigio en todo el mundo. La equiparación en cuanto a relevancia social entre pasteleros y cocineros empieza a vislumbrarse en muchos países. Esto lo sabe muy bien Miguel Moreno, miembro de la exclusiva asociación internacional Relais Desserts y empresario de éxito, propietario de 16 tiendas en Madrid, una en Tokio y otra en Ciudad de México. Por eso, el nuevo presidente de la CEEAP se ha propuesto “fijarnos en las cosas interesantes que se están haciendo en otros países”, es decir, tener una visión global, moderna y abierta del sector, y por supuesto impulsar el carácter artesano de la profesión y apostar decididamente por la formación como la mejor garantía de futuro.
La receta nos parece del todo acertada. Nos consta además la buena disposición de la mayor parte de los presidentes gremiales para aunar esfuerzos, aprovechar la oportunidad y recuperar la iniciativa y el tiempo perdidos. Nunca es tarde… pero, como estarán pensando algunos entre los que nos encontramos, ¡Ya era hora!