La hora del optimismo
Arrancamos la temporada de Pascua con optimismo. Pero no se trata de voluntarismo. Hay buenas razones para mirar al futuro con confianza. Es verdad que la crisis económica se ha llevado por delante a no pocos establecimientos, algunos de ellos históricos. Pero también es cierto que hay casos en los que la situación desfavorable en las ventas ha sido un acicate para reaccionar y cambiar el rumbo. Aquí encontramos a Josep Maria Guasch, de la pastelería Targarona de Igualada, que hace seis años dio un paso al frente reformando su tienda y su oferta y neutralizó así cualquier impacto negativo de la crisis. ¿Quién dijo que fuera de las grandes ciudades no se pudiera vender una pastelería de corte moderno?
En el apartado de los aventureros, que también los hay, topamos con la nueva pastelería Glea, del joven Abel Bravo, quien recientemente ha embarcado a toda su familia en un ilusionante proyecto de pastelería de autor en la ciudad de Murcia. Y funciona.
De los dos casos descritos nos hacemos amplio eco en Dulcypas #438. Dos ejemplos que se unen a los que venimos contando número a número y que nos permiten llenarnos de ese anunciado optimismo. Y lo vamos a seguir haciendo. Vamos a dar prioridad en nuestras páginas a aquellos profesionales que creen en lo que hacen, que están dispuestos a arriesgar para cumplir su sueño, que contagian positividad, que convierten las crisis en oportunidades, que convencen a sus clientes con hechos, que no se cansan de aprender, que contribuyen a formar a otros profesionales, que comparten, que suman… Nos interesan todas las experiencias y ejemplos de superación, las soluciones que funcionan, las apuestas ganadoras y los modelos de éxito.
Hay motivos para el optimismo y en Dulcypas los vamos a seguir exponiendo.