El pastel adecuado
Conocer a tu cliente es fundamental para saber qué puedes ofrecerle y cómo debes presentárselo. Esta es una de las reglas de oro del marketing clásico que ahora, más que nunca, cobra un especial sentido. La virulenta crisis que estamos sufriendo está transformando aceleradamente nuestra sociedad, y está cambiando la mentalidad de los consumidores. Y la pastelería, lógicamente, no es ajena a este proceso.
El profesor Ferran Blanch, en su artículo publicado en este mismo número de Dulcypas, habla de cómo los establecimientos de pastelería han cuidado su trastienda, es decir, su obrador y su producción implementando los avances tecnológicos en maquinaria, pero se han olvidado en muchos casos del “front-office”, o lo que es lo mismo, de la cara exterior que entra en contacto directo con el consumidor. Y no es sólo una cuestión de interiorismo, sino de adaptar el conjunto del negocio a un nuevo consumidor que ha cambiado sus hábitos.
Por tanto, el marketing se hace imprescindible en pastelería. Ya no basta con hacer el mejor pastel, el más fresco, el más rico o el más bonito. Ahora hay que hacer el pastel más adecuado, aquel que satisfaga al consumidor de hoy. Y para eso hay que conocer las necesidades y exigencias de ese consumidor.
