Las dos caras del chocolate
La casa de Hansel y Gretel con motivo del estreno de la película; un saloncito con todo su mobiliario y objetos decorativos en Bielorrusia; el Asilo del Santo Cristo de Igualada; y hasta un galeón del siglo XV confeccionado en Orense como causa solidaria con las familias desahuciadas. Todo ello de chocolate. Son sólo algunos ejemplos recientes, que recogemos en estas páginas, del perfil escultórico o arquitectónico de este ingrediente universal.
Y es que esta doble vertiente, gustativa y artística, del chocolate, es única. Ningún otro producto o ingrediente alimentario ofrece tantas posibilidades en ambos terrenos. Pero es que es precisamente esa versatilidad la que amplía su grandeza y universalidad.
Si el chocolate fuera simplemente un producto de degustación, nos habríamos perdido todo el arte y la fantasía que han sabido transmitir a través de él tantos y tantos maestros. Pero esta cara puramente artística no le ha restado en absoluto valor alguno a sus apreciadas cualidades como producto de degustación, refinado y selecto como pocos. El lector encontrará también en esta revista buenos ejemplos de exquisitos mousses, macarons, bombones, postres, helados, ganaches y otras elaboraciones chocolateras. Por tanto, dos grandes valores para un único producto. Inigualable.